abimael
ABIMAEL
Y STEVEN
-¡Qué
tanto saben rebuznar quienes nos gobiernan
Por
perder o ganar un gobierno ¡
Como
me dijo un morcillero
De
Añasco.
-Como
todos nuestros políticos
Que
se esmeran en sus Congresos
En
sus altos y contra altos Rebuznos
Atacando
o aplaudiendo a un Gobierno
Conseguido
con esfuerzo
Aunque,
entre ellos
Haya
más que un dudoso relance
Casual
y dudoso
Hablándose
de poder y robar al pueblo
Salvándoles,
si cabe, tan sólo un Amor
Le
contesté yo.
-Oye,
calla y escucha
Me
ordenó el morcillero de Añasco:
-“Estoy
quebrado” se oye decir a Abimael Valle
Gobernador
de la Isla de Puerto Rico
Que
va y se suicida por amor
A
su amado Steven Bonet
Fundador
de la Villa de Sotomayor
En
los puertos de los pozos de la Aguada
Decapitado
por unos taínos
Escapados
de la obligada escuela
De
unos frailes capuchinos
Que
habían llegado a la Isla montados en Asnos.
Y
sigue:
-En
Aguada, sobre un braserillo o Rejuela
En
forma de arquilla
Con
enrejado en la tapa
Los
piratas calentaban su polla
Esperando,
antes de zarpar a cazar mercantes
Echar
el último polvo en falsete
Un
poco quedo entre eructos de borrachera
Y
tremendos pedos
Malsonantes,
y cantando:
-¡Ay¡
¡ay¡ ¡ay¡
Agarré
una silla
Le
rompí tres costillas.
-¡Ay¡
¡ay¡ ¡ay¡
Agarré
un garrote
Le
quite el bigote.
-¡Ay¡
¡ay¡ ¡ay¡
Agarré
una mesa
Le
rompí la cabeza.
-Como
un atronador pedo ¿no?
Más
o menos así es el Amor, le contesté yo.
-Uno
se hace de ilusiones, seguí
Como
Abimael Valle
De
que su Ojete le salga fiador a Stven Bonet
Sí
queriendo cargo de conciencia
En
su culo.
-No
te preocupes, Añasqueño
Que,
por mi parte, no habrá tal experimento
Que
así como no hay remedio
Para
hacer que nuestros políticos no Rebuznen
Tampoco
lo hay para el Asno capuchino
Pues
le puede y le presta asenso
Meterla
en cualquier agujero
De
Jumentas o Jumentos
Con
Másteres en Cátedras de Rebuznos
Como
ya lo hicieron en la Cruz de Cristóbal Colón
En
tiempos diferentes
En
climas variados bien diversos
Aunque
se les pusiera una maza o peso
En
el rabo.
-El
Amor entre Abimael y Steven
Fue
un Romance de Ciegos
Que
como todo Amor verdadero
Termina
en Rebuznos o pedos aturdiendo
Terminó
el Añasqueño.
-Daniel
de Culla